Se habla mucho del término inteligencia emocional, pero en realidad cuando le preguntas a una persona qué es la inteligencia emocional no lo sabe definir fácilmente. Se ha escrito mucho sobre cómo controlar las emociones, cómo llevar determinadas situaciones que en ocasiones nos sobrepasan y se escribe que las tienes que saber controlar.
¿Pero cómo controlar las emociones? No se controlan sino que se gestionan.
Aunque la palabra correcta en este caso no sería controlar sino gestionar, pero para poder gestionar cualquier cosa primero hace falta conocer.
¿Cómo se gestionan las emociones?
Eso es lo que resulta más difícil porque no nos han enseñado a reconocerlas cuando las estamos teniendo, hay un truco muy fácil y complicado a la vez, en el momento que esté surgiendo la emoción tienes que ponerle un nombre.
Cuando llamamos a las cosas por un nombre, lo definimos, y en cuanto le hemos puesto esa definición siempre es más fácil empezar por ese sencillo paso que en ocasiones nos cuesta verlo. Pero nombrar a las cosas siempre hace que se aclaren las ideas.
Gestionar la emoción, entra primero por reconocerla (no todas las emociones son iguales en todas las personas) y saber exactamente qué te está haciendo sentir en ese momento a ti. Ahí es dónde entra la gestión de la emoción, pero una vez identificada si no es muy complicado que podamos hacer algo con ella. En cuanto se identifica, el siguiente paso sería conocer el sentimiento que te provoca esa emoción y preguntarte a ti mismo si te beneficia estar sintiendo eso o cuánta importancia le vas a dar a ese momento y a esa emoción para que esté en tu vida. Lo imprescindible es conocer el para qué estás sintiendo lo que estás sintiendo y si realmente quieres seguir en esa emoción o de lo contrario quieres empezar a gestionarla de alguna manera.
Controlar las emociones es algo más que imposible, las emociones se gestionan en todo momento y tienes que aprender a ello. Actualmente en el mundo laboral se prefiere trabajar con una persona que sepa gestionar sus emociones y que tenga claro cómo se va a comportar cuando una emoción le sobrepasa. Saber y conocer todo esto ayuda para las relaciones tanto laborales como en las personales. Cada persona tiene sus propios pasos que dar para poder gestionarlas adecuadamente y gran parte de coaching conlleva la gestión de emociones en determinadas situaciones de la vida.